Poco a poco, las temperaturas se incrementan. Permanecer fresco en época de calor es clave para mantener una buena salud pero, a la vez, representa un gran desafío. Las necesidades diarias hacen que, de una u otra forma, las personas deban abandonar su hogar para realizar trámites, comprar o simplemente ir a trabajar o estudiar.

Abandonar la comodidad del hogar se hace inevitable. Por eso, aquí te dejamos cinco consejos y hábitos que, de integrarlos a la rutina, generarán una sensación de frescura y preservarán la salud.

1. Hidratarse correctamente.

El agua es una sustancia elemental para el funcionamiento del organismo, aportando minerales y siendo un catalizador para otros grupos de nutrientes del cuerpo humano.

No sólo eso, sino que además ayuda a regular la temperatura corpora y se recomienda beberla incluso cuando no se tiene sed. Si en el momento de ir al baño ésta presenta una tonalidad oscura, es signo de deshidratación.

En un día de altas temperaturas, se recomienda suspender el consumo de gaseosas, café , alcohol y azúcares, ya que las mismas reducen la capacidad del organismo para retener líquido.

2. Si hay sed, hay deshidratación.

Directamente vinculado al primer punto se encuentra este concepto. Antes de realizar actividad física se debe estar bien hidratado, de lo contrario, el cuerpo utilizará los nutrientes rápidamente para bajar la temperatura corporal y acabará sus reservas pronto.

Es importante no beber solamente cuando se tiene sed, ya que es signo de deshidratación y un mecanismo que el cuerpo activa para «pedir agua».

3. Escoger bien los alimentos.

No todo se trata de beber agua. Escoger una buena alimentación ayuda al organismo a mantenerse hidratado y sano. Ensaladas, frutas y vegetales son lo mejor. La frase «fresco como un pepino» no miente, y su significado es literal.

Otro punto a tener en cuenta es que las comidas pequeñas son más aconsejables que las abundantes. Las últimas harán que el cuerpo trabaje más para descomponer los nutrientes y, por ende aumentará la temperatura, generando calor.

4. Sin horno ni cocina.

Existen diversos platos fríos que son iguales de ricos y nutritivos que los producidos en el horno o la cocina.

Evitar el uso de artefactos típicos lógicamente hará que no se esté en contacto con calor. En cambio, utilizar el microondas sí es buena opción.

5. Atención a los rayos solares.

El sol propaga energía en forma de calor a través de ondas electromagnéticas. En contacto directo con la piel aumentará la temperatura corporal y – si la exposición es continua – puede llegar a dañarla.